Autoestima Infantil, ¿cómo construirla o aumentarla?

autoestima infantil

La autoestima infantil es uno de los pilares fundamentales para el buen desarrollo afectivo y motivacional en la infancia y adolescencia.

La autoestima es la conciencia que tiene una persona de su propio valor, tanto de los aspectos buenos, como mejorables de uno mismo, pero sabiendo que nos queremos y aceptamos tal y como somos.

Va a determinar cómo nos presentamos ante el mundo, cómo nos valoramos a nosotros mismos y cómo actuamos.

Desde la primera infancia, los niños empiezan a crear un concepto de ellos mismos (autoconcepto) a partir de observar a sus seres más queridos y su entorno próximo. De ellos, van observando e interiorizando lo que éstos les transmiten. Es por ello muy importante tener presente cómo nos comunicamos con ellos, cómo los tratamos, qué mensaje les llega…

La autoestima infantil no es algo estático, surge de la interacción entre el carácter del niño y el ambiente en el que se desarrolla. La autoestima se va construyendo diariamente conforme crecemos, a través de los aprendizajes que hacemos en nuestras relaciones personales.

Es por esto que, como madres y padres debemos procurar potenciar y fomentar la autoestima infantil cada día, ya que ésta va a influir en todos los aspectos de su día a día y en el adulto que será mañana.

Si construyen una buena autoestima infantil, se sentirán seguros, valiosos y competentes, por lo que se relacionarán con ellos mismos y con los demás de una forma adecuada. Se aceptarán tal y como son, confiarán en sus capacidades, no se dejarán manipular por los demás y estarán dispuestos a defender sus valores y principios.

Por el contrario, los niños que presentan una baja autoestima, se sentirán inferiores a los demás, no confiarán en sus propias habilidades, ni en la de los demás. Esto en algunos casos les puede llevar a desarrollar conductas perjudiciales hacia ellos mismos o hacia su entorno, e incluso alejarse de sus compañeros y familiares. En ocasiones, la baja autoestima puede derivar hacia problemas de depresión, ansiedad, anorexia, o conductas de riesgo, entre otros.

SEÑALES DE AUTOESTIMA INFANTIL BAJA

Evita una tarea sin intentarlo por miedo al fracaso.

– Se da por vencido al poco de comenzar en un juego a la primera señal de frustración.

– Experimenta cambios de humor, actitud más inhibida, llanto, tristeza, arrebatos de ira, frustración, etc.

– Actitud crítica consigo mismo.

– Disminución repentina en las notas.

– Disminución del interés por actividades habituales.

– Presenta dificultad para aceptar cumplidos o críticas.

– Se preocupa demasiado por las opiniones de los demás.

– Se retrae socialmente o tiene menos contacto con su grupo de iguales.

– Miente o hace trampas por miedo exagerado a equivocarse.

– Complace a los demás porque no sabe decir que “no”.

– Tiene una actitud pasiva, accediendo a todo y/o evitando dar su opinión.

autoestima en niños

CÓMO CONSTRUIR UNA AUTOESTIMA SANA EN LOS NIÑOS/CÓMO AUMENTAR LA AUTOESTIMA DE LOS NIÑOS

– Lo primero será cuidar nuestra propia autoestima, ya que somos el modelo para los niños, y éstos perciben nuestras inseguridades y miedos.

Pasa tiempo con ellos, hazles saber que son importantes para ti. Las familias a veces asocian tiempo de calidad con mera presencia física, pero no es así. Los niños te necesitan a ti por encima de cualquier cosa, buscan tu atención y que le dediques tiempo interaccionando en base a sus intereses. Resulta importante buscar actividades de ocio comunes para participar toda la familia.

Dedica tiempo a hablar con ellos y a preguntarles qué tal les ha ido el día. No les hagas un interrogatorio nada más llegar, espera a que estén tranquilos y empieza contándoles cómo ha ido tu día. De esa forma será más fácil que sea algo recíproco y compartan contigo su día.

Escúchales con toda tu atención… ¡y sin teléfono! Ellos necesitan saber que estás prestándoles la atención que merecen, y si miras la pantalla del móvil mientras te hablan, pensarán que no te interesa lo que te están contando. Si les escuchas con toda tu atención, sabrán que ellos son más importantes que cualquier cosa que puedas ver por el teléfono.

Interésate por sus cosas. A veces le quitamos importancia a lo que nos cuentan los niños, pero para ellos sus dibujos favoritos, lo que les ha pasado hoy en su clase, ese videojuego que tanto les gusta, es lo más importante para ellos. Para poder entender su mundo interior y conectar con ellos, hazles saber que te interesas por sus cosas.

Valida sus emociones sin juzgarlas y ponte en su lugar. Muéstrale que comprendes cómo se siente, pero no solo cuando esté contento, sino también cuando esté triste o enfadado. Puedes transmitirle que entiendes cómo se siente, siendo comprensivo, a la vez que explicarle cuáles son los límites que estás poniendo en esa situación. Con nuestro lenguaje podemos hacerles sentir más fuertes y capaces.

No lo desanimes, motívale. Si cada vez que se equivoca o no consigue algo, se lo remarcas, aprenderá que no merece la pena continuar. Motívale, recuérdale que con esfuerzo es capaz de conseguir lo que se proponga, y acompáñale en el camino para que se sienta seguro.

Corrígelos con respeto y empatía. Hay ocasiones en las que como padre o madre es necesario corregir a tus hijos, porque han hecho algo que no está bien. Pero saber hacerlo con cariño, sin faltarles al respeto o asustarles, ayuda a que sientan su hogar y a sus padres como un lugar seguro al que acudir cuando tienen un problema.

Dale responsabilidades y tareas, no lo sobreprotejas. Es importante que confiemos en ellos, ya que cuando los niños se sienten útiles, se valoran más. De esta manera, se enfrentarán a los problemas y fomentaremos su autonomía desde la infancia. Pero ojo, no podemos olvidar que tenemos que darles primero las herramientas para que sepan cómo solucionar los conflictos y siempre teniendo en cuenta su edad.

No lo compares con su hermano ni con otros niños. Cada niño tiene sus propios ritmos, y compararlo solo hará que se sienta avergonzado o inferior a los demás. De esa manera intentará constantemente demostrar su valía para sentirse querido. Hazlo sentir único por ser tal y como es.

Todas las noches antes de dormir, dedícales un tiempo. Los niños se sienten seguros a nuestro lado, nos necesitan. Por eso busca la rutina que más os guste para ese ratito y aprovecha para hacerles cosquillas en la cama, leerles un cuento, darles un beso antes de dormir…

Y sobre todo, dales mucho amor de forma incondicional. Aquel niño que crece siendo querido, abrazado, besado, cogido en brazos, cuidado y escuchado, será un adulto que tenga confianza en sí mismo y se sienta seguro en el mundo.

“Un niño emocionalmente sano, será un adulto inteligentemente feliz”

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