El retraso del lenguaje es una de las dificultades más comunes en el desarrollo, ya que aproximadamente uno de cada cinco niños comenzará a usar palabras o a hablar más tarde que otros niños de su edad.
Se trata de una demora en la adquisición de las distintas fases del desarrollo cronológico del lenguaje en los menores. Se da cuando la forma de adquisición de nuevos elementos lingüísticos es más tardía que la del resto de los niños de su edad o cuando se desarrolla un habla ininteligible (que cuesta ser entendido) conforme a la edad del niño o la niña.
La dificultad para comunicarse produce frustración, ya que cuando un niño no consigue hacerse entender, se puede llegar a sentir decepcionado e incluso enfadado.
Por ello en ocasiones, estos niños pueden mostrar también problemas de comportamiento, ya que se pueden frustrar si no son capaces de expresar lo que quieren o necesitan.
A veces, los retrasos simples del habla son temporales, pudiendo resolverse con ayuda de un profesional y con la colaboración de la familia, sin tener repercusiones en el desarrollo posterior del menor. Para ello es muy importante que estimule el lenguaje de su hijo, pero siempre teniendo en cuenta que debemos ser pacientes y constantes, ya que los avances se ven poco a poco.
No podemos olvidar ajustar las expectativas a su edad y etapa de desarrollo actual, ya que no podemos pedirle que haga ciertas cosas si aún no están presentes bases previas.
En otras ocasiones, los retrasos del lenguaje pueden estar avisándonos de que nos encontramos ante otro problema, como puede ser pérdida auditiva, retraso del desarrollo en otras áreas, algún trastorno del neurodesarrollo o un signo de un problema de aprendizaje que no se diagnostique hasta la etapa escolar.
Es por ello muy importante que si está preocupado por el desarrollo del lenguaje de su hijo, acuda a un profesional con motivo de realizar una evaluación específica a las dificultades del menor.
DIFERENCIA ENTRE UN RETRASO DEL LENGUAJE Y UN TRASTORNO DEL LENGUAJE
La presencia de un trastorno del lenguaje indica una alteración en el neurodesarrollo persistente, por lo que va a afectar a la adquisición y desarrollo del lenguaje oral desde sus inicios, manteniéndose durante la infancia, adolescencia y vida adulta. Por el contrario, el retraso del lenguaje será una demora en la adquisición del lenguaje oral, esperándose que con la intervención adecuada el menor pueda alcanzar el curso de desarrollo normotípico esperado a su edad.
Por otro lado, el trastorno del lenguaje se manifiesta con dificultades tanto a nivel expresivo como comprensivo; mientras que en el retraso del lenguaje el problema principal suele ser una dificultad mucho mayor en la expresión respecto a la comprensión, pudiendo también estar presente a nivel receptivo.
Por último, en el caso del trastorno del lenguaje, será necesario realizar una terapia logopédica temprana, intensiva y de larga duración, contando con la implicación tanto de la escuela como de la familia; mientras que en los casos de retraso del lenguaje, encontraremos una buena respuesta a la intervención si el entorno del niño es estimulador y éste presenta unas buenas capacidades que le permitan compensar sus dificultades lingüísticas y mejorar sus competencias en este ámbito.
¿CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL DESARROLLO DEL LENGUAJE DE UN NIÑO EN LAS DIFERENTES ETAPAS?
Aunque los niños van desarrollándose a ritmos diferentes, en general son capaces de hacer ciertas cosas a determinadas edades. Estos son algunos de los logros generales del desarrollo del lenguaje, pero recuerda que es solo una guía. Si tienes cualquier duda, puedes consultar con un profesional, ya que una intervención a tiempo puede marcar la diferencia.
- A los 2 meses, el bebé reproduce sonidos vocálicos y gorgotea.
- Entre los 2-4 meses, el bebé presenta sonrisa social, un adecuado contacto ocular y comienza a utilizar actos comunicativos.
- A los 6 meses, el pequeño ya realiza “conversaciones vocálicas” y comienza a reproducir los primeros sonidos consonánticos.
- A los 8 meses, el niño comienza con el balbuceo y va variando la entonación.
- A los 12 meses, el niño empieza a balbucear y pronunciar sus primeras palabras con diferentes tipos de entonación (el tono de voz sube y baja como si estuviera diciendo oraciones). Reacciona la mayoría de veces cuando se le llama por su nombre, dice al menos 1 palabra y señala las cosas que quiere aunque estén fuera de su alcance. Señala para demandar y mostrar intereses.
- A los 18 meses, comienza el “fenómeno de explosión léxica”, aumentan su vocabulario, repiten y preguntan el nombre de las cosas de su entorno. El niño tiene un vocabulario entre las 3 y las 50 palabras, produciendo así sus primeras oraciones. En este momento, ya presenta un lenguaje más elaborado que le permite comentar, pedir u obtener atención tanto de los adultos que están a su cuidado, como de sus iguales. Además comienza a seguir instrucciones sencillas de un adulto si este las acompaña de gestos.
- A los 24 meses, el pequeño comienza a unir de 3 a 5 palabras para construir frases telegráficas y/o preguntas simples, usando también demostrativos los cuales acompaña de gestos. Sigue instrucciones de 1 paso sin necesidad del uso de gestos.
- A los 36 meses, si el menor no presenta ningún problema en el lenguaje ya habla adecuadamente, se hace entender y es comprendido por los demás, con un vocabulario que alcanza más de 1.000 palabras y usa de forma adecuada los morfemas gramaticales como el plural, el pasado o las preposiciones.
PRINCIPALES SIGNOS DE ALERTA EN EL DESARROLLO DEL LENGUAJE INFANTIL
- Ausencia de sonrisa social, bajo contacto ocular y falta de intención comunicativa (estos signos pueden indicar la presencia de un trastorno del neurodesarrollo).
- Aparición tardía del habla. El habla aparece después de los 2 años.
- Vocabulario reducido. Utilización de un número muy pequeño de palabras, habla infantilizada y difícil de comprender. Abusa de los gestos y la mímica para expresarse o por el contrario no emplea gestos comunicativos (protoimperativos y protodeclarativos).
- Problemas de pronunciación. Omite ciertos fonemas que no sabe pronunciar, sustituye unos fonemas por otros, pronuncia solo la última sílaba de las palabras, habla ininteligible.
- Poca iniciativa comunicativa. No se expresa de forma espontánea, espera a ser preguntado y responde con pocas palabras o monosílabos.
- Reducción morfosintáctica. Uso de estructuras del lenguaje muy sencillas y errores persistentes en la construcción de oraciones. Uso de oraciones simples.
- Comprende adecuadamente lo que se le dice, pero presenta dificultades en la expresión.
Si detectamos alguna de estas dificultades de lenguaje en nuestro hijo o se produce un retroceso en habilidades que ya había adquirido, lo mejor es acudir a un profesional para que nos oriente y ayude a detectar si existe algún problema.
Si esperamos a que se solucione y el periodo crítico para adquirir el lenguaje pasa, después será más difícil que aparezca.
Un profesional puede ayudarte con pautas para mejorar la estimulación de lenguaje y lograr un entorno enriquecedor en el que consiga un desarrollo adecuado a su edad.